
Se ensanchan tus calles y hallamos el camino coraje
que augura tu imagen.
¿En qué discurso flaquean aquellas palabras que dicen
que ya no nos quedan silencios en el mar?
Si estamos contigo, Babel, cálida piel, infinito bajel,
nos acercas al horizonte de tu melodía,
la que cada mañana vemos acostada al lado de la colina
que forman tus ojos.
Hoy es la tarde un entre siempre y un jamás,
una llanura al lado de tu brisa,
un infinito reducido al respirar.
Sabe la tierra roja cuánta ternura
nos dejan tus abrazos habitar
y la sonrisa es encuentro y el encuentro es andar.
Recuperar los cómplices días,
con menos surcos en la piel
y la misma frescura en el alma
cuando tu vida, imagen fija,
quedó escrita en quien te ama
mientras el rayo fue fulgor en la noche.
Esa es la foto de todos y en todos,
un clic de alegría y certezas.
Así, Babel, nos queda grabado tu amor
en la luz merecida.