(Publicado en Heraldo Escolar el 24 de septiembre de 2020)
Un centro educativo abre sus puertas cada día a un mundo en el que cada vez es menos cierta la certeza. Y hoy, primer día del Curso de los Mil Adjetivos, menos que nunca. Los maestros y maestras recibimos en nuestras aulas miles de vidas únicas. Las familias entregamos lo más preciado, lo más amado. Confiadas en la labor y el compromiso del profesorado.
Cuando ese instante se haya producido hoy en cada centro habrá habido tres (o más, según los casos) personas que durante unos segundos habrán mirado en su interior. Se habrán preguntado si todo está bien (hoy más que nunca), si cada decisión tomada ha aportado la solución adecuada (hoy, decimos, más que nunca). Y si cada pregunta ha encontrado la respuesta requerida (hoy, escribimos, más que nunca). Hablamos, sí, de los equipos directivos.
Estos meses, semanas y días (con sus noches de blanca inquietud) esos equipos humanos en muchas ocasiones modestamente considerados han vuelto a demostrar que a pesar de sufrir la desmotivación que añaden las dificultades son una una columna sustancial de nuestro sistema.
Estos equipos los forman personas que se dejan el alma para ser capaces de analizar situaciones; para afrontar problemas; para gestionar conflictos; para liderar procesos de transformación educativa; para atender con amor y compromiso a las familias; para establecer objetivos; para aprovechar recursos; para acompasar tiempos; para acoger al viajero; para confortar al que sufre y para ser igual con sus iguales. Y todo ello hoy, más que nunca.
¡Ah! Y recordarse a sí mismas, a sí mismos que, en medio de semejante laberinto, siempre serán lo que quisieron ser: maestros, maestras. Es un tiempo agitado, de riscos imposibles, de olas incalculadas. Es tiempo de reconocimiento incondicional a nuestros equipos directivos. La sociedad a la que sirven debe colaborar a ello.
Gracias Juan Antonio. Días agitados y noches en blanco. Agotamiento. Deshojando la margarita de la incertidumbre de cada día.
Como siempre, una vez más, pones palabras, pones orden en aquellas ideas que pasan en desorden por la cabeza de muchos. Gracias Juan, gracias a todos esos equipos directivos. Ojalá pasito a pasito venzamos los miedos y superemos las incertidumbres.
Muchas gracias por tus palabras, Ana. Un beso. 🙂