Carta I a la nueva escuela. Tiempo «nosotros».

Querida escuela:

Espero que al recibo de esta te encuentres bien. Yo estoy bien, gracias a todos. Me imagino que cuando leas esta carta ya habrás recibido la visita de parte de tu gente y algo te habrán contado ya de cómo están las cosas.

Nosotras, nosotros estamos bien. Un poco preocupados, es verdad, y algo cansados, pero con ganicas de ver la luz. El esfuerzo ha sido grande y apetece encontrarnos de una vez. A ver si ahora con la fase 2 nos damos el gusto.

Estas semanas han sido muy duras, difíciles, pero no hemos dejado de pensar en cómo será la vuelta a ti. Y sobre todo, en cómo estarás tú: ¿esperanzada, temerosa, ilusionada, asustada, contenta, apesadumbrada…? Cuéntanos cómo lo llevas y nosotros te contaremos cómo estamos, a ver si arreglamos este zancocho en el que nos ha metido este odioso virus.

Mis amigas me han dicho que te digamos que le hemos dado muchas vueltas a este lío y que se nos han ocurrido algunas cosas que a lo mejor ayudan a que todo vaya bien. Pero bien «de verdad», me dicen. Y no sé si tú estarás de acuerdo o no, pero yo por si acaso te lo cuento y ya si eso comentamos.

El otro día hicimos un videochat un grupo de compas y hablábamos de lo importante que es cuando volvamos a vernos tener en cuenta sobre todo a los chicos, a las chicas. Porque por encima de todas las cosas está su bienestar. Que cuando tomemos decisiones lo hagamos pensando en ellos y nos hagamos la pregunta, la gran pregunta: esto que vamos a hacer, ¿cómo les beneficia?

Queremos que sepas que nos parece que estamos en el momento «nosotras, nosotros», no sé qué pensarás tú. Porque los equipos, las comunidades son el futuro. Eso, ya te lo digo, me lo enseñaron mis mayores, me lo siguen enseñando hoy en día y la verdad, no nos ha ido tan mal, ¿a que sí?

Y luego lo de trabajar juntos, que a veces parece que se nos olvida. ¿No crees que estaría muy bien que las soluciones no dependan solamente de ti? No sé, se me ocurre que hay otras instituciones sociales, cívicas y oficiales que también podrán decir algo, que «entre todos hay que levantar», que decía «el abuelo».

En fin, querida, que tenía ganas de mandarte esta carta. A lo mejor es la primera de unas cuantas que te enviaré para contarte cómo veo yo, cómo vemos nosotros las cosas, más que nada por el gusto de charrar un rato.

Hasta la próxima, guapa. Cuídate mucho, que tienes ya una edad y no están las cosas para hacer tontadas. Un beso.

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