La última semana de curso siempre es un tobogán por el que se desliza, vertiginosamente, toda una catarata de sentimientos. Por mucho que quieras mantener un ritmo escolar sostenido no es posible. Los minutos vuelan, las sesiones navegan sobre olas desbocadas y las actividades se suceden atropelladamente, sin dejar ni un milímetro de espacio entre una otra. Es más, a veces se superponen provocando un estrés no siempre fácil de manejar.
Estos días estamos cerrando trabajos, organizando materiales, completando dossieres. Siempre hay proyectos que completar y eso no es fácil, pues se mezcla la urgencia por dejarlo todo listo con la necesidad de organizar reuniones entre maestros, encuentros con familias y despedidas de los chicos/as.
Esta semana, además, hemos preparado una excursión al parque en la que hemos participado todos los escolares de 1º, 2º y 3º de Ed. Primaria. La hemos hecho hoy, miércoles, 18 de junio y ha sido una ocasión especial para convivir juntos y disfrutar de unas horas de juegos y sonrisas. Por cierto, que he aprovechado para grabar los últimos planos de un vídeoclip que servirá para desearle a las familias un feliz verano. Será, espero, un emotivo regalo que estoy seguro que guardarán toda la vida y que les recordará a los chicos y chicas, cuando sean papás y mamás, lo que fuero, cómo fueron y de qué color eran sus sonrisas a los siete u ocho años. Mañana prometo enseñároslo.