“Cine de papel”: una exposición de carteles de cine para Alcorisa.

Este artículo fue publicado en Noviembre de 1996 en BALCEI.

“El cartel en todas sus variantes y metamorfosis publicitarias juega un papel decisivo, al ser una de las cartas de presentación y, más tarde, uno de los soportes que facilitan su recuerdo, frente al potencial consumidor, al que pueden decidir, según la eficacia del reclamo, a visionar o no la película.” (Roberto Sánchez)

Cuando en los años cuarenta y cincuenta los jóvenes españoles salían a la calle, sus pasos se dirigían habitualmente a una sala bastante oscura. Al final de esa sala había una enorme superficie blanca, muy sucia generalmente, por la que iban apareciendo y desapareciendo personajes de leyenda, seres de carne y hueso, heroínas de cartón y villanos de acero.  Ir al cine era una de las pocas alternativas que se ofrecían a sus posibilidades, aunque eso no era una mala noticia. Allí, en esas salas, podían ocurrir muchas cosas, en la pantalla y fuera de la pantalla…

En las fachadas de esos cines lucían, galanas, llamativas reproducciones de algún fotograma de la película que se proyectaba o de los protagonistas de la misma en actitud generalmente teatral. Sus miradas, poderosas y autosuficientes, se clavaban en esos pobres mortales que, atraídos sin posibilidad de defensa, se dirigían hacia mundos fantásticos e ilusionantes. Esos carteles -algunos de ellos, muchos, quién sabe- forman parte de la historia de muchos ciudadanos, quienes levantaban a estas estrellas hasta firmamentos inalcanzables con su fervorosa presencia.

Era costumbre, también, que en el hall de la sala o al recoger la entrada, te ofreciesen un pequeño cartel, una coloreada postal u otro motivo publicitario, algunos de ellos muy curiosos, que pretendían convertirse en un pequeño fetiche que los espectadores manipulaban con auténtica devoción. Era como si Clark Gable, Robert Taylor, Ingrid Bergman o Katharine Hepburn hubiesen venido a nuestra casa a hacernos el honor de su presencia. En fin, malsanas costumbres que hoy en día aparecen como lejanas o extrañas, si bien de vez en cuando alguna productora o distribuidora de tiros largos nos obsequia con algún detalle similar a aquellos viejos programas de mano.

Estamos en año de cumpleaños. Zaragoza, y Aragón con ella, ha brillado algo más de  lo que en ella es costumbre. Fastos, galas, rodajes conmemorativos…todo en un mismo paquete para festejar un siglo de cine español, desde que aquel Eduardo Jimeno diese no sé cuántas vueltas a la manivela de una máquina para reflejar cómo la gente salía de misa del Pilar. Y junto a todo ello una magnífica exposición que durante todo el verano cobijó la Lonja zaragozana. Un bonito título, “Cine de papel”, para enseñarnos lo que un artista, decenas de ellos, son capaces de hacer para reclamar la atención y el gusto del público ante una película que se estrena. Una exposición que mereció la atención de 20.000 personas por su calidad, su interés y su oportunidad. Nada igual se había hecho hasta el momento en España y por eso se va a ahora a Madrid, al Círculo de Bellas Artes. Y por eso vendrá a Alcorisa el próximo mes de Enero, en plena Semana Cultural. Constituye la exposición un motivo de orgullo para todos nosotros, por ser capaces de traer a nuestro pueblo un trabajo tan bien hecho, un producto de tal categoría e importancia. Y algo más: la conferencia de presentación que los autores y responsables de esta exposición harán de la misma a mediados de Noviembre en Alcorisa. Roberto Sánchez, comisario de la exposición, y Domingo Moreno, realizador del vídeo que recorre todo un siglo de arte cartelístico y acompaña a la misma, serán los mensajeros de la buena noticia. Felicidades, Alcorisa y que se cumplan nuestros deseos: a tal señor, tal honor.

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