A nivel interno los docentes deben la comunicación de los centros también necesita formar verdaderos equipos. Aún nos encontramos con docentes acostumbrados a programar y gestionar el aula con pocas injerencias; aún existe el docente que se siente incómodo cuando se le propone compartir.
Seleccionar conjuntamente un libro de texto o cuadrar horarios, es un ejemplo, implica comunicación y trabajo de equipo real. Por eso el profesorado necesita más espacios y tiempos donde tomar decisiones conjuntas sobre el desarrollo de las sesiones. También para formar proyectos coordinados de enseñanza-aprendizaje o aprender de la labor y experiencia de los compañeros.
Es necesario un mayor esfuerzo para trabajar como islas de un archipiélago unidas por puentes en constante construcción. Invitamos a demandar empatía, trabajo en equipo u otras competencias y demostrarlo con nuestra acción habitual.
La comunicación interna debe ser una constante y un esfuerzo a realizar con mayor frecuencia, aunque a veces sea costoso. Nos enriquece salir del aula, con y sin alumnado, física y virtualmente, para compartir experiencias y otros puntos de vista. El programa «Mira y actúa» es, en ese sentido, un razonable primer paso.
Estar conectados ayuda a un alumnado que se va a enfrentar a una realidad cambiante. El alumno percibe nuestro crecimiento profesional, nuestras actitudes y nuestras formas de trabajo y si queremos ser comunidad son los centros quienes deben liderar esta forma de estar en el mundo. El trabajo en equipo, la vida profesional en comunidad no es una moda, es una necesidad si se desea progresar como escuela y como educador. También es preciso visibilizar y compartir, con todo nuestro entorno social, el trabajo docente que realizamos. La comunicación, en todas sus acepciones, debe ser considerada de una forma nueva y transformadora en las escuelas.