Dueña de su destino (Heraldo Escolar)

(Publicado en Heraldo Escolar, 3 de marzo de 2021)

Conocí a una mujer. Se llamaba Ella Bishop. Era una mujer con más pasado que futuro. Me contó que había sido maestra en su pueblo y que al repasar su vida se dio cuenta de que lo había sacrificado todo para ayudar a que su alumnado alcanzase la libertad que ella no tuvo y los conocimientos que no todo el mundo posee. Sin embargo, dijo, su vida era una historia de renuncias, asfixiada por una sociedad represora e injusta. Y todo eso lo supe a través de la película “Dueña de su destino” que dirigió Tay Garnett en 1941, un homenaje a las pioneras de la educación universitaria en EEUU.

   Ochenta años después vivimos aún en una sociedad cuyos gestos patriarcales imponen comportamientos que minusvaloran a las mujeres desde edades tempranas. Por eso nos invitamos a seguir creciendo como sociedad.  Y podemos hacerlo desde el aula si nos dirigimos al alumnado con respeto y huimos de estereotipos de género. Si revisamos nuestras  actitudes con respecto a la importancia que le damos al aspecto físico. Si favorecemos la ayuda entre iguales.

Si utilizamos un lenguaje inclusivo y respetuoso con las familias. Si ofrecemos referentes diversos de mujeres y hombres.  Si nos mostramos como modelos cuando maestras y maestros compartimos tareas sin género. Si realizamos un reparto equitativo de tareas en el aula entre  niños y niñas. Si propiciamos lugares acogedores que favorecen la interacción y la expresión de emociones. Si visibilizamos las tareas de cuidados por parte no solo de las niñas en tiempo de inquietud. Si abordamos la sexualidad de manera positiva y natural en el aula, dándoles seguridad y autoestima.

Si contemplamos la diversidad familiar apoyándonos en los modelos cercanos. Si promovemos la cooperación en el aula y en la gestión del grupo.  Si procuramos que todas las personas tengan la oportunidad de ayudar. Si promovemos la libertad para sentir y expresar emociones. Y eso antes, durante y después de todos los #8M del mundo. ¿Es preciso firmarlo?

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