
Cualquier iniciativa que contenga en su enunciado el término “escuela” ya debería
invitarnos a la reflexión y la comunicación. En este caso, si lo acompañamos con el
prefijo “eco” ya nos indica que estamos hablando de la vida. Claro que tampoco nos
llama a la sorpresa el hecho de que ambos conceptos se den la mano, pues uno nos lleva
al otro. Y viceversa.
Vivimos un momento de algunos finales y varios comienzos. De todos ellos se ha
hablado estos días ante los equipos directivos aragoneses y con ellos se ha compartido la
idea “La Comunidad cuida a la Comunidad”, una expresión que confirma lo que Carmelo Marcén escribió aquí mismo la semana pasada: “El objetivo es aprender a vivir junto con los demás”. Y yo añado: “El objetivo es aprender a vivir y construir junto con los demás”.
Hay varios programas que se acercan a este planteamiento, a ese objetivo que habla
de sostenibilidad. Y no solo refiriéndose al medio ambiente. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una llamada universal que difícilmente podemos desoír, pero quizás algo lejana y difícil de llevar a nuestra realidad. Por eso consideramos interesantes proyectos como Global Schools. Por ser más próximos y concretos y porque pueden ayudar a que las comunidades educativas se asomen de una forma sosegada, sistemática y conjunta a la construcción de una ciudadanía “crítica y activa que esté comprometida en la construcción de una sociedad solidaria, justa y equitativa” (Estrategia aragonesa de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global).
Cualquier proceso educativo que tenga como horizonte la transformación de la
comunidad y la consolidación de valores tiene que ser bienvenido. En diferentes ámbitos
se habla de sostenibilidad y en este texto aportamos la idea los caminos compartidos,
pues para que el cambio se produzca deben darse dos condiciones: el compromiso
multilateral, es decir, la participación en la comunidad de todos los sectores que de
algún modo están presentes en su vida y la vocación de permanencia, pues nuestras
acciones trascienden el presente considerando que nuestro pasado es una de las señas
de identidad.
Si estos dos ejes se instalan en la comunidad, habremos comenzado a escribir una
nueva forma de estar en el mundo más solidaria y más justa.