Hace 25 años escribí este texto para celebrar el Día de la Paz en Alcorisa. Fue leído en el balcón del Ayto por Silvia y Juan Ramón y hoy lo rescato en mi blog.
Estas personas, muy dadas al sano ejercicio de la reflexión, decidieron comunciárselo a la vecindad, unos seres enjutos y de luengas piernas qjue por costumbre tenían la de cuidar con esmero animales y plantas que en abundancia se daban. Y vinieron, también, en acordar que era buena cosa. Y la IDEA, que naciera en un hombre de boca de mar y una mujer de melena ruidosa, pervivió entre ellos durante siglos. Y los Días y la Noche se dieron la mano y el Sol aprendió letras y números y la Luna conquistó la palabra. Y la IDEA, que no se tocaba, ni se olía, ni se veía, seguía entre las gentes, alegre como una huerta de chupa-chups. Esas personas comían canciones, bebían besos, sorbían sonrisas. Pero en su goce llegó el sueño.
Su Majestad, Corazón de Esparto, decidió que en la escuela solo se estudarían los verbos «matar», «morir», «luchar», «pelear», «odiar», «herir» y «apedrear». No habría recreos y todas las mañanas, en lugar de saludar a los colegas, habría que recitar, completa, la tabla del 9,5, que es más difícil. Y durmieron pesadilla… Un día, alguien en el CRIET, tuvo una idea. OTRA IDEA.
Si su Majestad, Corazón de Esparto, había destrozado las vidas de tantas y tantas personas, quizás con una canción se podría romper la maldición. Sí, ya sabían que estaba prohibnido cantar, pero merecía la pena intentarlo. (…) Había que conseguir que la IDEA, aquella que tuvieron un hombre de cabellos de mar y unamujer de melena ruidosa; aquella que les había enseñado a beber besos y a sorber sonrisas,volviese al lugar. Aunque no se pudiese tocar, ni oler, ni ver. Tenían miedo, pero si consiguiesen cantar la canción (…) Si conseguían cantarla, solo una vez…
Susurraron mensajes, reunimos voluntades, sedujeron, convencimos, propusieron, acordamos…que aquí estaríamos, juntos, dispuestos a cantar la canción por primera vez. Que a nadie le tiemble el gesto. Es la esperanza de romper los gritos. Lo dijo Kastner: «Fuera la pereza de corazón». ¿Eres CaPaz?