Familia educadora (Heraldo Escolar)

 familia_educadora(Publicado en Heraldo Escolar el 9 de noviembre de 2016)

Dedicado a Marta y a todas las maestras y maestros que viven su relación con las familias con generosidad y afecto).

   Winnicot afirma: “La vida es un camino de la dependencia total a la independencia total”. Vallet postula: “Para crecer, el niño necesitará asumir constantes desprendimientos”. En la escuela sugerimos a las familias: “Todo lo que pueda hacer tu hijo, debe hacerlo por sí mismo”.

   Si hoy escribimos sobre familias educadoras, algo en cierto modo redundante, pues el término “familia” acoge el concepto “educadora”, lo hacemos porque aún creemos, como Fromm, que amar es un arte. Y si educar es amar, educar también nos convierte en actores de una obra que precisa del dominio de la teoría y de la práctica.

   La familia educa y en ese proceso que solo acaba con la vida debemos  considerar qué  elementos son necesarios para el desarrollo de un entorno educativo fértil. Nosotros creemos que son el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento.

   El cuidado entendido como atención a sus necesidades básicas y respuesta a sus inquietudes. La responsabilidad asumida como construcción de modelos edificantes y positivos. El respeto vivido como eje de las relaciones personales, como sendero plural que nos lleva al mismo destino. Y el conocimiento desarrollado como herramienta de cercanía, de posibilidad de entendernos en el otro.

   La familia es comunidad; la escuela es comunidad; el pueblo, el barrio son comunidad. Hay acuerdo en torno a esta realidad pero no lo hay en cuanto a lo que de verdad necesitamos. Es verdad que hay una corriente de aire fresco que nos invita a firmar un pacto por la educación. Bien. Pero algunos pensamos que lo que de verdad es preciso, o en todo caso además, es encontrar un punto de encuentro sobre lo que entendemos por educar.

   La sociedad necesita pactos y uno de ellos es acordar qué valores básicos y naturales debemos transmitir en la escuela y en las casas. Así podremos llevar a cabo una buena acción educativa conjuntamente. Los Claustros, los Consejos Escolares, las AMPA’s, las Escuelas de Padres y las Escuelas de Maestros pueden ser foros adecuados en los que hablar de estas cosas. Las propuestas que de ellos salgan tienen que ser sencillas, conseguibles y, sobre todo, aceptadas por la mayoría. Para que las familias se sientan educadoras dentro de una sociedad que también educa.

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