
Informar y comunicar
Informar no es lo mismo que comunicar. En este aspecto los centros educativos no acaban (no acabamos) de encontrar la fórmula adecuada para compartir con las familias nuestro día a día. Sigue en primer plano un estilo «escaparate»: a veces solo relatamos las actividades que hacemos en clase y, sobre todo, las celebraciones escolares. El problema es que no siempre se explica el modelo educativo ni se muestra con claridad la metodología que empleamos en el aula.
Algo de historia
En los años ochenta se dio un gran impulso a la elaboración de periódicos escolares realizados por los alumnos. Con ellos se pretendió llevar a las familias la actualidad escolar. Después, a finales de los noventa en algunos centros iniciamos la publicación de revistas como «El Bolecole» dirigidas específicamente a las familias. En la actualidad, algunas comunidades siguen esa idea. En ellas tratamos de acercarles la realidad de los centros desde un punto de vista más profesional, pero no ha tenido mucho éxito.
Sin embargo es una idea que se aproxima mucho a lo que aquí defendemos: huir del marketing escolar. Porque lo que proponemos es hablar de competencias, actitudes y valores e intercambiar impresiones entre docentes, familias y alumnado.
Un presente a veces superficial
Hoy podemos decir que en ocasiones estamos muy pendientes de lo política y socialmente correcto. Son más importantes los trendic topics, los hastags triunfantes y de los titulares ruidosos. Creo que con cierta frecuencia en público negamos que sea así pero en privado nos quejamos del vedetismo de ciertos docentes o centros. Y también es impopular afirmar que los tiempos nos están llevando a un escenario de insana competitividad y molesta indefinición pedagógica.
La escuela se debe a las familias
¿Es bueno que las familias conozcan la labor del profesorado y participen en el aprendizaje de sus hijos e hijas? Seguramente sí. Y seguramente ya no sea suficiente con las reuniones generales para que las familias conozcan la labor docente. Por eso es muy positivo articular diarios de aula a través de herramientas donde mostrar estas prácticas: blogs, redes sociales, aplicaciones, plataformas educativas, etc.
Es humano y legítimo tener un relativo temor al juicio de los “de fuera”. Estamos demasiado expuestos y a veces indefensos. Por eso, es bueno estar juntos para percibir la comunicación externa como un proceso bidireccional. Tenemos que aprender y conocer otros criterios diferentes. Invitamos, pues, a abrir nuestras escuelas, compartir materiales y hacer visible nuestra labor. Con seguridad, con certeza y en comunidad.
En el primer ciclo de infantil solemos compartir no solo la metodología, el currículum (aunque esto último la mayoría no lo desconoce), la información del día a día, el progreso de los niños, su participación en actividades y proyectos adecuados a estos tramos de edad, etc., también tratamos de coordinarnos con la/s familia/s y colaborar en la crianza, en el acompañamiento de aprendizajes y del desarrollo de sus hijos, en pautas de todos los aspectos del desarrollo evolutivo con respeto y consideración en ambos sentidos. Es tarea ardua y satisfactoria no restando algunos momentos o casos de ciertas frustraciones. Un saludo
Nada mejor que la transparencia relativa a lo que se hace en la escuela con los niños y niñas, necesaria una participación de las familias, ellas son el origen de nuestro alumnado y nadie puede prescindir de ese origen si quiere crecer y afrontar el mundo, con todos los condicionantes que ello supone e intentando comprender y ser comprendidos en cada una de nuestras responsabilidades