Arturo Méndiz es el guionista y director de «El lápiz, la nieve y la hierba», el último trabajo de la productora Bastian Film. En él se aborda la realidad de la escuela rural a través de una mirada a las aulas del CRA Cinca-Cinqueta/Zinca-Zinqueta (que agrupa a los pueblos de Bielsa, Plan, San Juan/San Chuan, Saravillo, Gistaín/Chistén y Laspuña). Con delicadez, con naturalidad y franqueza, Méndiz trata de reflejar el modo de vida de los pueblos del Pirineo aragonés y la importancia que tiene la escuela en estas comunidades que persisten en su anhelo por seguir vivas.
«El lápiz, la nieves y la hierba» – teaser from btcom on Vimeo.
Estas comunidades viven en armonía con una forma de estar en el mundo muy especial: pocos niños en las aulas, distintas edades y profunda cercanía entre el maestro y el alumnado.
En el documental habla, entre otros, Israel. Él es el maestro de Laspuña (Huesca/Uesca) y expresa su convencimiento sobre una que te permite vivir y aprender de una forma personalizada. Uno de los principales es tener que manejar grupos con alumnado de distintos niveles, desde Ed. Infantil hasta 6º de Primaria, pero ellos lo viven no como un obstáculo sino como una oportunidad para crecer.
Este tipo de escuelas han estado cerradas durante años y las familias lucharon por volver a abrirla cuando aumentó la natalidad. Por ejemplo, en Gistaín/Chistén (Huesca/Uesca), la escuela estuvo cerrada durante 14 años y “ahora lleva abierta 7 años para los 8 niños que hay el pueblo”. Carlos, su maestro, sabe bien que cuando esos niños terminen el colegio la escuela Chistén volverá, de nuevo, a cerrar sus puertas.
El documental ha sido presentado a distintos festivales donde ha obtenido muy buena crítica, como en el Biosegura Festival de Cine de Jaén, donde obtuvo el Premio al Mejor Largometraje. También ha participado en festivales a nivel internacional, como en el de Cali (Colombia), Londres o en la India.
Arturo Méndiz ha dirigido tres documentales en Aragón: uno sobre Pilar Lorengar, otro sobre el pueblo deshabitado de Otal, cerca de Broto (Tras la pista de Otal, donde participaron vecinos jaqueses, como Manolo Aínsa) y este último, ambientado en los Valles del Cinca y Cinqueta. También ha trabajado como productor de once cortometrajes que han recibido unos 300 premios, incluyendo tres Premios Goya, una Palma de Oro y una Nominación al Oscar con Timecode.