Relato: "Piel de olivo".
Los primeros olivos dibujaban en el aire un mapa de historias que olían a perfume de recreo. Justo cuando la vía doblaba su espalda para encarar el Lecinar. En ese momento no podía evitar que una sonrisa me invitase a acercar mi mejlla a la ventana del vagón de madera y aceite que me llevaba a Alcorisa.
Me gustaba regresar a casa a bordo de ese tren, pero lo que más me gustaba era soñar que en el andén me esperabas tú. Te descubría envuelta en tu sonrisa y procuraba imaginar el primer abrazo. Con él, el cosquilleo del encuentro, aunque confieso que lo que anhelaba de verdad era el paseo por las choperas del Guadalopillo en pleno atardecer invernal. Luego, tu beso furtivo a la luz de la noche.
Hoy, cuando acaricio mi recuerdo, me acerco a la verdad. ¿Sé que nunca hubo tren, ni regreso, ni miradas asomadas al balcón del paisaje?. ¿Sé que ese sueño, ese tren esperanza, murió antes de poder morir?.
