(Publicado en Heraldo Escolar el 31 de enero de 2018)
Esta semana los centros educativos celebran el Día Escolar por la Paz y como soy maestro porque aprendo cada día, considero que sí, que la escuela y los educadores tenemos la responsabilidad de formar ciudadanos. Y esto es así probablemente porque la formación en valores es al mismo tiempo un desafío y un compromiso.
La pérdida y la subversión de los valores son asuntos que nos preocupan y como la escuela institución forma parte de la sociedad a la que sirve, tiene el cometido de formar hombres y mujeres capaces de amar, de buscar, de actuar, de pensar. Y de pensar con criterio, para lo que puede ayudarnos el pensamiento de Robert Swartz.
Swartz afirma que “cuanto antes enseñemos a nuestros pequeños a pensar, antes tendrán la destreza para hacerlo y lo harán mejor”. Cada persona piensa, pero no todos piensan tan cuidadosamente como podrían. Si pensamos en cuántas veces tomamos decisiones en nuestra vida nos daremos cuenta que, después de llevarlas a cabo, no siempre hemos reflexionado lo suficiente sobre ellas y, por tanto, han resultado ser una mala elección. Los docentes podemos enseñar a los alumnos cómo pensar más cuidadosamente y con destreza antes de tomar una decisión y resolver problemas.
Nuestro papel es guiar y presentar objetivos retadores a los estudiantes para que
aprendan a usar una buena forma de pensar aplicadas en el aprendizaje del contenido. En definitiva, si queremos facilitar el desarrollo del pensamiento crítico, haremos bien si introducimos estas habilidades de pensamiento y las practicamos tanto solos como en grupos de trabajo.
La escuela que cultiva el pensamiento hace todo lo que hay que hacer para que los niños lleguen a ser lo que pueden ser. Si perseguimos que los alumnos lleguen a ser adultos con criterio propio, que se sientan motivados a emprender retos nuevos y no se rindan ante el error, hay que emplear herramientas coherentes.
En definitiva, estamos convencidos con Swartz que “los alumnos pueden llegar a ser
grandes pensadores. Solo tenemos que buscar las preguntas y las estrategias
adecuadas”.
Mi amigo José Antonio dice que los docentes pueden trabajar el aprendizaje del pensamiento… deben, pienso yo, porque es un aprendizaje imprescindible para la vida y para seguir aprendiendo.