Estudio 2: Buenas prácticas en las clases de 5º y 6º de Primaria.
Los profesores observados para la elaboración del Estudio 2 dieron muestras de una impresionante gama de “buenas prácticas” lectivas. No se ha intentado clasificar estas prácticas en categorías detalladas; en vez de ello, se ha preferido presentarlas en dos grupos. Ambos grupos contienen estrategias de buenas prácticas que implican el uso del inglés como lengua objetivo. Uno de ellos está compuesto por estrategias relativas a la buena práctica lectiva en general; el otro, de estrategias específicamente centradas en las formas lingüísticas.
No podemos afirmar rotundamente que este tipo de estrategias hayan sido la causa directa del excelente nivel de los alumnos que se describe en el Estudio 1. Lo que sí podemos afirmar con certeza, sin embargo, es que estas estrategias se observaron repetidamente en las clases analizadas durante el Estudio 1 que mejores rendimientos mostraban; así pues, si no podemos dar por sentada la existencia de una relación de causalidad, al menos sí podemos mantener que existe una relación de asociación entre ambos fenómenos.
Es interesante resaltar que, independientemente de si las clases observadas eran de Ciencias, de Lengua o de otras asignaturas, la labor lectiva se centraba tanto en el lenguaje como en los contenidos y habilidades propios de las asignaturas. Tomando las Ciencias como ejemplo, podemos decir que, para estos alumnos, aprender a “hacer” ciencia no solo consistía en llevar a cabo experimentos, sino también en aprender el vocabulario y el discurso científico. De ahí la importancia, por ejemplo, de captar correctamente cómo elaborar definiciones y clasificaciones, o de aprender el uso de la voz pasiva. Por usar el lenguaje propio de la investigación de la enseñanza de idiomas actual, se prestaba una gran “atención a la forma”, además de al significado y a la función del lenguaje.
(págs. 35 a 46 del Informe de Evaluación del Programa de Currículo Integrado Hispano-Britámico)