“Estoy harta de tanto papeleo, de tanta burocracia”. ¿Qué docente no firmaría esta afirmación? Decirla en voz alta arranca vítores y aplausos porque es verdad: cumplimentar documentación es una pesada carga que asumimos con disgusto y que nos supone un esfuerzo, decimos, que podríamos emplear en causas más nobles.
Puede sonar ventajista si decimos que no podemos aceptar que otros ámbitos de la vida no estén convenientemente documentados, como el de la salud, la ley o la vivienda, pero suavicemos el debate con la idea de que tan absurdo es sepultarnos con toneladas de exigencias documentales como quejarnos de cualquier requerimiento, por muy razonable que pueda ser.
Creo en el compromiso, el trabajo y el esfuerzo común, del mismo modo que expreso mi escepticismo ante la improvisación, la desinformación y la dejadez.
Documentar nuestra práctica educativa es una forma de dejar constancia de nuestros actos, una manera de asegurar que somos fiables y responsables. Así evitamos la sospecha.
También nos ayuda a creer en lo que hacemos y contribuye a vivir en la certeza. Aporta seguridad a nuestra tarea y fortalece nuestras decisiones. Conviene, entonces, formar a los docentes en el manejo de la documentación como parte importante de nuestra profesión, propiciando herramientas útiles y optimizando la gestión del tiempo. Creo firmemente que este aspecto es manifiestamente mejorable y su mejor manejo nos ayudaría a ser más eficientes. Y propiciar nuestro bienestar.
Muy acertada reflexión; hay que recoger por escrito las vivencias colectivas para construir sobre ellas los proyectos del curso siguiente.
Solamente añadiría que cuando la documentación reflexiva (con logros y fracasos, pero también con demandas) llegase a los despachos de quienes mandan se leyesen detenidamente para ver si desde arriba se pueden mejorar las penurias de los de abajo.
En pocas ocasiones se da un retorno razonado sobre los papeles pedidos; lo cual no ayuda a hacerlos bien, a que sean algo más que un cumplimiento más. Consolidan la distancia entre despachos y aulas.