Lo viví. Hace veinticinco años en mi centro se detuvo el tiempo. Durante un curso nos miramos, reflexionamos ordenadamente, nos hablamos unos a otros y experimentamos cómo ser autónomos, reconocer nuestras capacidades y aprender mutuamente nos hacía más libres, más capaces. Dejamos de ser meros ejecutores de instrucciones que venían “de arriba”, asumimos riesgos y exploramos nuevos caminos sin abandonar Leer más…