AIR FORCE ONE
Sospecha. Uno sospecha que hay gato encerrado en el tratamiento que el mundo le ha dado a esta película. Quede claro que no seremos nosotros quienes enmendemos la plana al Imperio, que bastante daño nos ha hecho ya y demasiado le queda por infringirnos, pero de ahí a poner en los altares a los comunistas cuando resulta que todo Dios se alegró un montón cuando lo del muro de Berlín y el champán (caro, además) corrió por todas las cancillerías occidentales cuando lo de la Unión Soviética se fue a la mierda, media un mundo. Quiero decir que se precisa un explicación.
La película que ha dirigido el alemán Petersen y que protagonizan Ford y Oldman, principalmente, es un pastiche imperialista absolutamente vomitivo, que mueve a la indignación y cuyo panfleto apesta por las cuatro esquinas de la pantalla. Vale. Hay afirmaciones en los diálogos de la película que casi nos obligan a levantarnos de la butaca y escupirle en la cara al tío Sam al tiempo que le espetamos un “ahí te quedas, mamón”. De acuerdo. Y así hasta el final. Pero, ¿cuántas películas igualmente deleznables ideológicamente no nos hemos tragado y nadie ha dicho esta boca es mía? ¿O es que esas obras que todos tenemos en mente son catecismos de democracia?
A ver si va a resultar que el mundo del Telón de Acero no era tan malo, a juzgar por los comentarios de algunos expertos cinematográficos que se permiten, ahora, reivindicar ciertos mensajes del jefe de los terroristas (como cuando el personaje de Oldman le dice a la mujer del presidente: “¿y hablan de asesinatos quienes mataron a 100.000 iraquíes por unos centavos en el precio de la gasolina?” y a continuación le descerraja un tiro en la cara a un rehén). Y tiene razón: la única diferencia es que Bush nunca apretó un gatillo físicamente, pero, sin embargo, animaba a sus muchachos a desintegrar un país desde un apacible y cómodo despacho). Pues bien: es posible que cuando Castro caiga (y lo hará porque nadie lo evitará) veremos un montón de plañideras llorar por su ausencia al ver cómo la Cuba comunista se convierte en el burdel de Estados Unidos. Entonces, ocurrirá lo mismo que ahora sucede cuando nos llegan películas como la de hoy. ¿O qué esperábais, pazguatos liberales?
La película tiene un argumento sencillo: el presidente de los EE.UU. reconoce que ha llegado tarde para solucionar un conflicto regional (en clara alusión a cómo Clinton se ha dormido en los laureles en la guerra de Yugoslavia) y promete que nunca más. Captura al jefe de los malos y regresa a casa. Pero alguien se cuela en su juguetito volante y pone en jaque al Pentágono. A partir de aquí, la película. Magníficos efectos especiales y acción, siguiendo la estela de la moda cinematográfica al uso, tal y como ha sucedido recientemente con “Independence day” y “Mars attacks!” , donde el presidente nos cuida., nos protege y vela por nuestra seguridad. La pregunta ahí, surge a borbotón: y a nosotros, ¿quién nos protege de nuestro protector?.
El director ha conseguido un excelente producto técnico, jugando perfectamente con la distribución de los espacios (reducidos) y el tiempo. No en vano, ya dirigió “El submarino”, una película de su etapa alemana donde la acción se desarrollaba en un estrechísimo espacio y conseguía mantener la tensión a lo largo y ancho (es un decir) de las dos horas de film. Después dirigió “La historia interminable”, al calor del éxito del libro de Michael Ende. Marchó después a EE.UU., donde comenzó una exitosa (comercialmente hablando) carrera y donde ha dirigido “La noche de los cristales rotos”, “En la línea de fuego” y “Estallido”. Le han llamado de todo: tramposo, oportunista, farsante…Probablemente tendrán razón. Pero, insistimos: no más que muchos otros, que disfrazan sus miserias o grandezas con argumentos aceptados por nuestra democrática cultura.
De los protagonistas sólo diremos que Gary Oldman está muy expresivo en su papel, convincente en su trabajo, creíble en su personaje. No se lo pierdan. Y Ford…es Ford. Por mucho que algunos (los mismos) se empeñen en enterrarlo. Dicen que no cuida su carrera como debiera. Quizás se olvidan que este apacible actor norteamericano es de los pocos que puede hacer esto y, además, caer bien. Y conseguir que se lo crean sus conciudadanos yankies. Porque, respóndame a esto: ¿acaso se imaginan a nuestro presidente a bordo de un Iberia repartiendo mamporros y solucionando crisis de estado gracias a un móvil que recupera de las maletas…con cobertura a más de 10.000 metros de altura?.
Resumiendo: se lo va usted a pasar bomba…si es capaz de obviar el envenenado correo ideológico que nos trae. Y, se lo aseguramos: este mensaje no se diferencia mucho de la trama ideológica de, es un poner, “La Guerra de las Galaxias” y siguientes. Porque aquello, si se piensa, también tenía sus bemoles.
Alcorisa, 23 de noviembre de 1997 JAPB