Me dicen que el Proyecto Bilingüe no está en cuestión, que lo que hay se queda como está y que aquellos colegios que lo consideren interesante podrán implantarlo si cumplen una serie de requisitos. Me lo dicen y trato de entender todo lo que rodea este movimiento que promete convertirse en un terremoto si no lo remediamos entre todos.
Y en medio de semejante tormenta tengo ocasión de responder a la pregunta de qué puede pasar si se modifica el modelo de educación bilingüe de que disfrutamos en Aragón desde 1996. Es pregunta de difícil respuesta, pero me atrevo a deslizar una convicción que me sujeta en estos tiempos inciertos e inmaduros y respondo a quien me lo plantea que las metodologías y las formas de enseñar y aprender no cambian de la noche a la mañana por muchas leyes que los legisladores imaginen y los padres de la patria firmen.
La metodología que se pactica en los colegios bilingües depende de los maestros y maestras que la desarrollan, más allá de LOMCE’s y debates radiofónicos, y los profesionales ya nos lo creemos tanto que difícilente dejarems de trabajar como lo estamos haciendo por mucho que cambie la ley. Lo único que puede acabar con este modelo educativo puede ser la prohibición expresa o el ahorcamiento de los recursos humanos, y este sí es un peligro que ensombrece el presente y oscurece el futuro. Si no hay maestros no se puede enseñar.
A las leyes, a los sistemas educativos los hacemos buenos o maos los maestros, siempre y cuando nuestra tarea sea considerada por la sociedad y respetada por los gobiernos.
En nuestra familia, valoramos extraordinariamente el trabajo y la dedicación de vosotros, maestros de nuestros hijos. Tenéis una valía humana y profesional más que notable, lo que se demuestra tanto en lo contentos que nuestros niños van al cole todos los días, como en el crecimiento académico y personal que experimentan bajo vuestra guía. GRACIAS por ayudarnos a educar a nuestros hijos.