Cine. "Y Marilyn tocó el oukelele".

(Publicado en noviembre de 2012 en Balcei)   

Cuando era un niño, y Poquito me entretenía las tardes junto a Barullo, solía jugar con mi abuela (mi yaya, en realidad) a pedir sueños de esos difíciles, imposibles, inalcanzables. Disfrutaba con ello y también sufría, pues nunca llegaban y siempre se iban. Se iban. Eso de irse suena mal, ¿eh?. Aunque la chica de esa película cuyo título nunca recuerdo prefería, precisamente, a los chicos que se van, no los que se quedan, que esos son los sosos. Yo, es decir.

   Pues puestos a ello. Me pregunté un día que estaba conmigo qué ocurriría si hubiese posibilidad de completar una cartelera de cine con títulos de esos de siempre. Algo así como las diez películas de toda la vida. Sería complicado saber elegirlas y además, siempre lloverían quejas y críticas, pues nadie coincide con nadie y cada cual tiene su lista. Pero, pensé, podría ser divertido. ¿Te imaginas poder ver en pantalla grande a James Dean, John Wayne o Marilyn? ¡A que nunca los has visto en una sala oscura! Pues es todo un placer, te aseguro: un descubrimiento. Y un atrevimiento, también.

   Por supuesto, y en un lugar de privilegio, “Tiempos modernos” (1936), la más áspera y descarnada crítica al sistema capitalista que director haya firmado jamás. Un monumento al ser humano. Chaplin se despidió de la pantalla con ella y nos mostró la cara oculta de la luna.

   Una fácil para quedar bien con todos: “Lo que el viento se llevó” (1939). ¿Hace falta explicar el gusto que sería ver a Vivien Leigh donde le corresponde? Los grandes tienen que ser degustados donde deben. Y eso, queridos, no nos importa un comino.

   Bueno, la verdad es que esto está resultando sencillo. Conforme pasa el tiempo voy encontrando más facilidades. “Casablanca” (1942) sería una de las joyas de esta corona que estamos engarzando con pequeños rubíes de celuloide. ¿Hay alguien en esta tierra que se resistiría a ver esta maravilla en pantalla grande? Arrasaría, seguro. Y la Bacall…

   Qué se le va a hacer: esta es mi lista y pongo lo que me place, así que yo, por ejemplo, pagaría bien gustoso las ocho libras correspondientes por ver a John Wayne dándose de puñetazos con el hermano de Maureen O’Hara en “El hombre tranquilo” (1952), toda una demostración de cómo la felicidad puede vivir en un pequeño villorrio repleto de irlandeses. Y apunto alto: esta tendría que ser en versión original. Para disfrutar a borbotón, como la pasión de la pelirroja y el boxeador.

   La siguiente sería (¿podrá ser alguna vez?) “Cantando bajo la lluvia” (1952). No hay nada que añadir. Y, sobre todo, por ver al gran Donald O’Connor bailar como los propios ángeles. ¡Ah, sí! Y Gene Kelly.

   “La noche del cazador” (1955) es la única película dirigida por Charles Laughton en la que las manos de Robert Mitchum muestran de forma ostentosa las palabras “amor” y “odio”. Inquietante y agridulce trama que nos hace vivir momentos sublimes.

   Tampoco estaría mal ver al, para su fortuna, añorado Dean interpretando al muchacho díscolo e inadaptado que Nicholas Ray dibujó con ano firme cuando tenía tantas cosas que contar. Nos referimos a “Rebelde sin causa” (1955).

   Y “Con faldas y a lo loco”. Por Marilyn, claro, pero sobre todo por Jack Lemmon. Nadie, todavía, ha pronunciado con más sensualidad el nombre de Sugar como él lo hizo. Realmente inalcanzable.

   La novena la reservamos para “Viridiana”, generoso atrevimiento que nuestro hermano Buñuel pone sobre la luz del mundo en el que realiza un discurso aún no igualado sobre la esencia del ser humano. Ése que es tú y soy él.

   Y la décima, una sencilla debilidad: “Bienvenido, Mr. Marshall”, aportación castiza a esta lista de mágicas luces. Por varios motivos: por Pepe Isbert, por la historia…y por Lolita Sevilla, de quien mis progenitores cuentan que me arrulló en sus brazos cuando yo no podía/quería dormir en aquel hotelito de Madrid aquellas calurosas noches del mes de Agosto. Y cuentan que cantaba las nanas como nadie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *