La polémica (del griego πολεμικός) ya está en la calle y en los medios de comunicación. Es un viejo y cada año rejuvenecido debate que abre diferencias entre familias y educadores y en el que aún no hemos llegado a ningún acuerdo. ¿Son útiles los deberes o representan un problema? ¿Conviene mantenerlos o es urgente su erradicación?
Hoy en día hay modelos para todo. Desde colegios y profesores que creen ciegamente en ellos como una manera de reforzar y consolidar hábitos y conocimientos hasta quienes los consideran el enemigo número uno de la vida familiar. También es cierto que determinadas metodologías apuestan por la realización en casa de algunas tareas que conllevan investigaciones o trabajos o, incluso, por la colaboración activa de las familias en los procesos de aprendizaje.
Por otra parte nos encontramos con quien opina que los deberes son la manifestación más clara del fracaso de un sistema educativo estandarizado, igualador y que desprecia la diferencia.
En las reuniones con las familias cuando el profesorado plantea el tema se da una gran variedad de opiniones entre las familias, desde los que rechazan de plano cualquier tarea en casa hasta los que se quejan porque no solicitamos más tareas en casa. Y entre el profesorado también se da una gran variedad de pareceres.
En dos ideas podemos estar de acuerdo:
– por una parte, parece razonable pensar que no es recomendable realizar tareas escolares en casa de modo generalizado y sin tener en cuenta a cada alumno/a individualmente (el café para todos).
– por otra parte no nos parece bien despreciar la posibilidad de invitar a nuestros chicos/as a disfrutar de posibilidades de aprendizaje a través de actividades y/o tareas fuera de la escuela.
Así pues podemos encontrar una tercera vía a través de las siguientes ideas:
- Sugerimos tareas que acompañen lo vivido en clase: lectura de libros, revistas, películas, documentales, juegos, exposiciones, conciertos. No son tareas para mañana, con urgencia. Siempre damos margen amplio para su disfrute.
- Proponemos actividades escolares graduadas: un nivel uno para todos, un nivel dos para todos con ayuda y un nivel para hacerlas voluntariamente.
- Presentamos las tareas a realizar siempre al principio de la clase y nunca son tareas para mañana, con urgencia sino que damos un margen amplio para su realización.
Como ejemplo, en nuestro blog de aula podemos ver lo propuesto este viernes para el martes que viene: el visionado de varios vídeos de canciones que hemos cantado muchas veces en clase, que conocen perfectamente, con las que se identifican plenamente y cuyo canto les produce gran satisfacción porque todos las saben.
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Siempre pensé que el trabajo de aprendizaje debe hacerse en clase con el profesor y fuera de ella se pueden hacer otro tipo de actividades del tipo que tú propones, Juan. Así que estoy totalmente de acuerdo contigo sobre la forma en que deberían ser los «deberes».
¡Qué interesantes planteamientos…!