Todo lo que ocurre en la escuela es motivo de debate. Agrio, por demás. Y cualquier decisión anima a la descalificación de lo propio y ensalzamiento de lo ajeno. En Europa sí que saben, no como aquí, que somos unos paletos y unos incapaces. El famoso «¡País…!», de Forges, de dudosa fortuna.
Tengo interés por conocer cómo se cuecen las habas educativas en otros países. Es una inquietud que he procurado satisfacer desde hace mucho tiempo y ahora con más motivo. Por eso leo y traigo aquí este artículo de Rodrigo Santodomingo publicado ayer, 26 de abril, en «El diario de la educación». Anticipo que se trata de un magnífico espejo que refleja distintas realidades no muy alejadas de la nuestra. Varios ejemplos:
1. Se ha apostado, con matices, por la promoción automática.
2. Los docentes reciben instrucciones que en ocasiones atienden y en otras, matizan según su criterio.
3. Los y las docentes tiene mil dudas y una certeza: enseñar a distancia multiplica la carga de trabajo.
4. Existe una gran confusión sobre cómo evaluar.
5. Se pretende que el trabajo online cuente en las notas, mas solo en favor del estudiante y apuestan por el aprobado general (salvo en los cursos clave).
6. Varios länder (estados federados) alemanes ya han reabierto sus centros. O sea, que allí también hay asimetría.
Por ejemplo. Son solo seis cuestiones que, según yo sé, no se van muy lejos de lo que se vive/habla/sufre/refunfuña en España (¡País…!) O lo que es lo mismo: estos barcos tienes diferentes banderas pero navegan por los mismos procelosos mares (en otro homenaje al admirado Forges). Así que os invito a leer el artículo/reportaje y a poner entre todos, entre todas, algún punto sobre alguna «i». Estoy seguro que su lectura nos ayudará a calmar un poco las aguas.