Un año después del último abrazo a Juan Perpiñá.
Es el mismo sol, el mismo azul en el cielo, el mismo perfume de otoño joven y ancho de vida. Todo es igual. Hasta la sonrisa de los niños que revolotean por las nubes de la tarde. Parece mentira cómo se pueden parecer tanto dos momentos lejanos y distantes. Cuando en medio han nacido días