(Publicado en Heraldo Escolar el 15 de febrero de 2017)
Trabajar en equipo, buscar juntos, llegar a acuerdos. Sin duda la tarea educativa es una de las más necesitadas del esfuerzo común. ¿Quiere eso decir que todos los actores debemos tener el mismo libreto? No lo creemos. Estar juntos no quiere decir que haya una única respuesta. Trabajar en equipo es vivir al lado de los demás. Es procurar que la búsqueda personal encuentre en el compañero complicidad. Y para eso hace falta algo más que leyes y normas. Hace falta algo más que coordinar(se).
Es necesario que vivamos en comunidad, más que en equipo. Y eso quiere decir que tenemos que hablarnos, no solo reunirnos. Tenemos que escucharnos, no solo hacernos oír. Sugiero ponernos en manos de los compañeros y para que eso pueda ser posible necesitamos tiempo, espacio y calma.
La escuela necesita que su gente se comunique, porque si eso se da quiere decir que en ese acto hay afecto y generosidad. Y entonces estaremos hablando no solo de coordinar(se).
¿Nos estamos equivocando? Esa pregunta rebota en las paredes de cientos de centros cuando nos vemos desbordados por las múltiples propuestas que llegan a nuestras carpetas atropelladamente creando desconcierto y desasosiego. No profundizamos, en los colegios vivimos acostados en la superficie. Echamos de menos la pausa, la parada en el camino para contemplar el recodo e imaginar lo que habrá después. ¿Quién le dirá al viento que deje de jugar con las hojas caídas?
En un par de encuentros recientes he llegado a plantear la necesidad de que se nos forme al profesorado en la convivencia entre nosotros, que se nos enseñe a vivir en comunidad. Que debería ser prioridad Alfa para el Departamento construir equipos humanos sólidos, fértiles, cálidos. Y compartí con mis amigos mi convicción de que la verdadera innovación es el amor. “Se trata de seducir”, creo que dije, porque los colegios e institutos necesitan un profesorado constructor de convivencia, que es como decir constructor de vida. Quizás sea pedir lo imposible. Tal vez pida que sea lo posible.