Ayer visitamos un colegio amigo. Ayer compartimos la mañana con un centro que vive con nosotros. Fuimos al CEE Jean Piaget, el colegio de un niño que comparte con nosotros unas horas a la semana y que está muy contento porque vamos a «su colegio». «El Piaget» es una institución que ofrece una respuesta educativa ajustada y de calidad a los alumnos con necesidades de apoyo generalizado y extenso que se encuentran matriculados en la modalidad de Educación Especial y con ellos disfrutamos de la celebración de «Egg hunt». Allí, conocimos a varios niños y niñas cuyos nombres aprendimos y junto a quienes buscamos los huevos y disfrutamos del sol de la mañana y de unas estupendas chocolatinas.
Vengo de conocer muy bien ese «entorno donde aprender a ser«, pues he vivido muchos años en Alcorisa, localidad cercana en la que se halla ubicada la Fundación Kalathos y que está muy cerca de Andorra, donde desde hace muchos años también se trabaja mucho y muy bien en el CEE «Gloria Fuertes». Para mí fueron unas horas en las que pude sentir la cercanía de la vida con más intensidad y comprobar que no hay futuro si no sentimos que el presente es de todos, sin exclusión.
El día llevaba el apellido «Hasta pronto». Se percibía el aroma a vacaciones y tanto los niños/as como el profesorado lucíamos una sonrisa de esas que anuncian la paz del descanso y el encuentro con nuestra gente. A ello ayudó una sencilla comida compartida por la mayoría del claustro. Hacen falta momentos así, en los que el grupo se mire a sí mismo, se hable, se conozca, nos sintamos cerca unos de otros. Hace falta más mirada interior y menos miedo exterior.
La tarde es plácida. También emotiva. Un niño de mi clase sabe que en esos momentos está naciendo su hermanita. Cuando sabemos que ya está entre nosotros le felicitamos con ese puntito de emoción que aprendemos a tener. Los niños se suman a la fiesta. Las felicitaciones son una catarata de palabras bonitas. Es un buen final de trimestre. El mejor.
Ya en casa leo un artículo: «La profesión docente ante los retos educativos actuales». Recibo sendos correos de dos amigos de profesión en los que puedo leer afecto y ánimos para seguir trabajando y reforzar la ilusión. Ellos dos saben de esto y mucho y recibir sus palabras me alegra. Uno de ellos, Carmelo Marcén, acaba de estar en Alcorisa mostrándoles a los muchachos del IES «El ciclo de vida en las cosas» y me alegra que así sea, pues me gustó participar en la organización de esta actividad. Ahora queda pendiente que vuelva a Alcorisa, en esta ocasión para hablarles a los chicos de 6º de «Inventos sencillos que nos han hecho la vida más fácil» y de paso presente su libro, «Socioecología y algo más».
Sigo con mi curso «Aprendizaje basado en proyectos». Estos días van a ser de descanso, pero también de estudio y reflexión. Tengo que hacer dos trabajos y a ello me dispongo. Es complejo pero muy interesante. Espero hacer bien mis deberes y ser evaluado positivamente. (La evaluación, ese concepto)
Veo en facebook las fotos de mis compañeros que están de viaje en Birmingham, en el marco del Proyecto Comenius que compartimos con colegios de Finlandia, Italia, Gran Bretaña y Turquía. Están felices y muestran el sello de las ganas de vivir. Nos hacen falta maestros ilusionados y dispuestos a crecer. Como ellos.
«… maestros ilusionados y dispuestos a crecer. Como ellos.»
Y como tú, JAPB. Un auténtico placer contar contigo como «el profe» de nuestra hija. Ojala, el año próximo sea posible que continúes aportándole lecciones de vida, a ella y sus compañeros. Si por lo que fuese continuases en el 1º ciclo, cogiendo a los niños que darán el salto desde Infantil, que tuviésemos la enorme fortuna de contar contigo como «el profe» de Samuel.
Disfruta y descansa en estos días de asueto.
Fuerte abrazo.