Leer es volar (Heraldo escolar) – Foto: Jaime Perpinyà

(Foto: Jaime Perpinyà)

Dice Irene Vallejo de José Luis Melero que “él expresa mejor que nadie, con amor y humor, la felicidad de leer y saber” y lo hace en la presentación del último libro del escritor zaragozano, “Lecturas y pasiones”. No cabe mejor relación entre dos universos que la que se da entre la palabra y el corazón, una idea que solo podemos hacer nuestra leyendo. Leyendo a Irene, leyendo a José Luis, leyendo a Julio, leyendo a leyendo a Soledad, leyendo a César, leyendo a Mario, leyendo a Almudena. Leyendo.

   En la escuela nos miramos a los ojos y nos preguntamos: ¿qué es lo importante? ¿Aprender a leer para saber? ¿Aprender a leer para vivir? ¿Y qué leer? ¿Leer la vida? ¿Leer el mundo? Joaquín Rodríguez me seduce con su referencia a Paulo Freire cuando proclama cuan valioso es “reading the word & the world”. Esa dimensión la percibí en el citado acto cultural, cuando los protagonistas del mismo nos trasladaron su amor por el texto escrito, por los libros, por el relato amarrado a los seres humanos. Un apasionado mensaje que se asoma al convencimiento del pedagogo brasileño, defensor de la lectura como aliada en nuestro propósito de convertirnos en protagonistas, comprender lo que nos ocurre y proponer un futuro liberador.

La lectura es el fruto de la escritura y ambas laderas de la condición humana están presentes en el hecho educativo. Creemos en la dimensión dignificadora de nuestra lengua, de nuestra cultura, de nuestra esencia como comunidad, pero también creemos en su poder transformador, en su vigor constructor. Por eso en la escuela las buscamos y lo hacemos en varias lenguas, todas hermosas, todas amadas. Porque la lengua es un paisaje que nos invita a la búsqueda de las mil verdades y en su ser albergamos nuestro hambre por conocer, nuestra sed de saber. Si entendemos que el lenguaje es una herramienta de aprendizaje transversal podremos asumir que la lectura es fiel compañera del crecimiento personal y social.

Leer es volar, “subir, bajar contigo, sin alas volar”, cantó Macaco. Leer, pues, para acercarnos a nosotros mismos.  

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