Materiales curriculares (Heraldo Escolar).

(Publicado en Heraldo Escolar, el miércoles, 1 de marzo de 2017. Dedicado a Víctor y a cuantos docentes buscan nuevas y mejores formas de aprendizaje).

   Hagamos una prueba: preguntémosle a un ciudadano ajeno al mundo educativo si sabe lo que significa la expresión “materiales curriculares». Luego, hagamos lo mismo con nuestros compañeros. Yo lo he hecho. En el primer caso no sabían de qué estábamos hablando. En el segundo, he obtenido muy diversas respuestas.

   Los medios han elevado ciertos debates a la categoría de trascendentales, como el de si es conveniente utilizar el clásico libro de texto o es mejor buscar alternativas. Creo que es un asunto menor en nuestro sistema escolar. He conocido extraordinarios maestros que han manejado con sabiduría libros de texto y auténticos botarates que se jactaban de elaborar sus propios recursos. Por ahí, pues, no.

   Mis queridos compañeros acaban de regresar de Finlandia. Les pregunto y me cuentan que los materiales curriculares del norte tienen mucho de manipulativo a diferencia de lo nuestro. Y me dicen: “Aquí mostramos y enseñamos, pero experimentamos poco. Nos faltan recursos curriculares que fomenten la praxis”. Tomamos nota.

   Cuando hablamos de materiales curriculares apuesto por la concreción que nos aporta cada realidad. En nuestro caso puedo compartir que la ciudad es un estupendo material curricular. Lo fue cuando junto a mis alumnos de 4º de primaria visitamos recientemente la Zaragoza Romana.   

   En esta experiencia empleamos la página web de Turismo Zaragoza, documento auténtico que convertimos en curricular. Además utilizamos varios libros, algunos de ellos de texto. Materiales curriculares, al fin. Añadimos una cámara de vídeo con la que elaboramos un reportaje que editamos y publicamos en nuestro blog. Materiales curriculares, es decir. Y alojamos en nuestros corazones lo experimentado, aprendido y compartido. La vida. El material curricular por excelencia, no hay duda. 

   Por último, y como clave de este pequeño edificio, acudimos de nuevo a la idea de vivir en comunidad. Sobre todo, y especialmente, cuando se trata de acordar y elaborar materiales, porque son los objetivos comunes los que dotan de sentido a las metodologías.  

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