Una feria es una fiesta. Si es una feria de respuestas, hablamos de celebración. Y si el ecosistema que la ampara es el camino hacia los ODS, diremos que se trata de un homenaje a la vida.
Esta actuación se vincula estrechamente con la idea de Charo Morán, quien defiende que la competencia ecosocial es esencial y si bien considera interesante incluir la emergencia climática y los problemas de biodiversidad en el nuevo currículo, cree muy necesario hacer un buen diagnóstico para ir a la raíz de los problemas.
Recientemente se celebró en Aragón la II Feria digital de Ideas y Respuestas en la que varios centros educativos compartieron el protagonismo que su alumnado tiene en el futuro como agentes de cambio. Uno de ellos, el IES Miguel Catalán, de Zaragoza, desarrolló un proyecto que profundiza en la «conciencia planetaria» y la emergencia climática para tomar acciones que han plasmado en la Declaración sobre el clima.
Seguramente deberemos mirar a la cultura de la suficiencia y satisfacer nuestras necesidades teniendo en cuenta procesos sostenibles y justos. Y quizás tengamos que utilizar metodologías como las del ApS que nos permiten trabajar de cara a la comunidad buscando iniciativas que se concreten en algo en su centro, en su entorno, con proyectos medibles, pues este tipo de acciones empoderan a los protagonistas y los convierten en actores de la transformación social. Son profundas las brechas que fragmentan a la Humanidad, pero profundo es también el empeño del ser humano por aceptar el desafío que se ha impuesto a sí mismo.