Tantas preguntas (Heraldo Escolar) Foto: Jaime Perpinyà

En ocasiones me pregunto si en educación nos falta análisis y reflexión sobre nuestra acción. En ocasiones dudo si nuestra práctica educativa es más espejo de modas que resultado del estudio.

Para responderme converso sobre la importancia de lo que hacemos y en seguida llego a la orilla. Son conceptos como desarrollo y progreso y a lo necesario que es tener conciencia y ser conscientes sobre la trascendencia de nuestra acción educativa.

No me alejo del debate acerca de si “dar preferencia a la educación de la inteligencia o a la del corazón”, según palabras de Aristóteles. Son palabras vigentes aún hoy, cuando vivimos instalados en una profunda inseguridad acerca del currículo que es más adecuado para educar. ¿Debemos ser prácticos, construir personas o buscar la estética de las metodologías?

José Gimeno Sacristán me acerca a la certeza cuando dice que el derecho a la educación en condiciones de justicia social es un objetivo irrenunciable si queremos contribuir a la evolución educativa, si consideramos cómo relacionamos el derecho a la educación y el derecho al acceso a la información, cada día más próximos entre sí.

Por último me invito a considerar el cambio estructural que nos acompaña y que autores como Javier Echeverría denominan “escuela continua” y reparo que vamos hacia un escenario interdisciplinar donde los equipos mixtos
cobran relevancia en un entorno que ve cómo el tiempo industrial se transforma en un tiempo informacional.

En ocasiones, digo, me pregunto.

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