
Vale, muy bien. Estoy en el aula y quiero grabar a mis alumnos y alumnas. Es una buena idea y tengo la herramienta precisa: una cámara,una tableta, un móvil.
Cuando tenemos la cámara en la mano hay varias cosas que debemos tener en cuenta: qué tipo de planos vamos a utilizar o que movimientos de cámara vamos a realizar, por ejemplo. Pero hay otras cuestiones que merecen la pena ser tenidas en cuenta. Ciertos “trucos” que nos ayudarán a que nuestras grabaciones sean dignas y correctas.
Hoy te propongo cuatro claves para obtener un buen producto: ¿Vamos?
1. Tengo un plan. Es muy importante tener una idea previa de lo que queremos grabar. ¿Qué queremos mostrar? ¿Cómo empezar? ¿Cómo organizamos la secuencia narrativa: introducción, nudo y desenlace?
2. Tomas largas. Si tenemos abundancia de material siempre podemos elegir, pero si nos falta grabación, de ahí no podemos sacar nada. Y lo mismo ocurre con las tomas: es preferible que sean largas, pues siempre podemos cortar. Si son demasiado cortas, no podemos alargar. Además, debemos procurar que cuando estamos editando no echemos de menos tal o cual aspecto que deberíamos haber grabado.
3. No hay que abusar del zoom. Este es un movimiento muy controvertido. Suele convertirse en un auténtico tormento si se utiliza sin ton ni son, así que lo mejor es usarlo con discreción y prudencia. Es muy conveniente practicar un buen rato los dos movimientos básicos: “zoom in”, es decir, acercarse a un objeto desde un cuadro muy abierto, y “zoom out”, es decir, alejarse desde un detalle hasta un cuadro abierto.
4. Grabamos al nivel de los niños. Cuando hacemos grabaciones de niños es habitual hacerlo desde nuestro punto de vista, con lo que obtenemos imágenes un tanto distorsionadas en las que los niños aparecen “ahí abajo”, empequeñecidos. Se gana en naturalidad si nos agachamos y realizamos estas tomas desde la altura de los ojos de los niños.
Estas cuatro primeras ideas merecen ser tenidas en cuenta. Mañana te propondré otras cuatro. 😉
Otros artículos relacionados: