La emoción de aprender (Heraldo Escolar)
Mejorar el sistema educativo. Crecer en la sustancia de la relación entre la escuela, alumnado y familia. Modular los recursos con que cuenta la comunidad atendiendo a una reorganización de los mismos.
Estas tres ideas las defiende Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE. En las entrevistas que concede habla de la importancia de los resultados académicos pero también nos recuerda que PISA mide, además, los resultados sociales y emocionales del alumnado. Esto, dicho así, no suele ser carne de titular ni que, en sus palabras, “Singapur sale muy bien parado en el ránking de matemáticas pero no en bienestar emocional”.
Escribo esta referencia porque vivimos tiempos de pocas respuestas y menos preguntas. Más: nos empeñamos en encontrar respuestas cuando lo más probable es que no estemos haciendo las preguntas adecuadas. En ese proceso necesitamos el compromiso de todos.
Del profesorado, demasiado exigido en el “cumplimento del temario” pero cuya relación fuera del aula con el alumnado contribuye a un mayor interés del alumnado en su aprendizaje al ser la relación personal mejor. Del alumnado, cuyo aprendizaje debería centrarse en poner en cuestión el saber y desarrollar el pensamiento crítico. De las familias, cuya contribución es esencial para reconstruir las comunidades educativas fomentando el sentido de pertenencia.
Esta reflexión es aliada de la esperanza y esta, compañera del tiempo. Un intangible al que no le miramos a los ojos pero que es necesario para crecer.



