Tras un encuentro con alumnas de 4º del Grado en Magisterio en Educación Infantil, momento dulce donde los haya, me da por cavilar una vez más sobre la innovación educativa. Y me quedo con una cuestión: las acciones innovadoras, ¿están avaladas por la investigación y la experiencia educativas? En un momento de reubicación de conceptos, todo lo que tenga que ver con cambio o transformación educativa merece ser considerado objeto de estudio y reflexión y ser evidenciado mediante acciones científicas.
Hay acuerdo: está cambiando el pensamiento y la actitud del profesorado. Henry Giroux ve a los docentes como buenos conocedores de los problemas sociales relevantes y como intelectuales reflexivos que construyen consensos y transforman las sociedades. También nos dice que la educación es una forma de intervenir en el mundo y por eso hay que recuperar el valor de lo culturalmente relevante y rescatar el sentido de lo socialmente necesario.
Docente, pues, figura clave del proceso. Pero ese docente trabaja en un centro, crece en un entorno, vive en una comunidad. Nunca solo, nunca sola. Y en ese encuentro con mujeres aún estudiantes pero ya maestras les dije que las personas somos el corazón, pero las comunidades son el latido. Y para que ese órgano se mantenga vivo es preciso que miremos al lado y conozcamos a quien nos acompaña. Eso es lo que pretende la RedEvolución, un colectivo de centros con un carácter, una naturaleza y unas señas de identidad propias. Comunidades que proponen un efecto transformador que perdure en el tiempo y que tiene como referente la idea de que “La Comunidad cuida a la Comunidad”. Un propósito compartido que construimos a base de esfuerzo común.