A cada momento, en cada rincón.
Creemos que los espacios y los tiempos escolares de aprendizaje son ámbitos que condicionan toda propuesta metodológica y organizativa. Vamos a encontrarnos y decidir juntos que nuestra labor como educadores es escuchar, conocer, alentar. Es conversar, explorar, comprender e investigar. Es confiar, apreciar y emocionar. Es emocionarnos con nuestros alumnos, a nuestros alumnos, en nuestros alumnos, para nuestros alumnos.
Vamos a cerrar ese trato y entonces nos daremos cuenta de que para educar hace falta tiempo. Un tiempo que nos libera, que nos anima a dedicarle nuestros minutos a soñar, volar, sentir. A asombrarnos de todo lo que la vida nos regala para ser vivido con ellos y ellas.
Esto nos lleva al debate sobre la agrupación del alumnado. Nos situamos en un escenario de grandes posibilidades, no siempre bien exploradas. Este nos podría ayudar a resolver algunos problemas que, de otro modo, no encuentran solución.