No nos quedan cañones por banda,
no encontramos mares que surcar.
Preferimos piratas en chandal
que amanecen al borde del bar.
Traes sonrisas de sal marinera,
das abrazos de dulce caviar
y dibujas olas compañeras
que convierten en par lo impar.
En llanuras de extensas certezas,
en las cumbres que duerme el ayer
comprendimos que hay vida que empieza
porque en ti aprendimos a creer.
En tres caminos, en seis laderas,
con mil palabras por escribir.
Ahí, lo sabes, también quisiera
decir: tanto queda por vivir.