«Nos sirve tu palabra»
Estas palabras que hoy nacen en la orilla del mar de la amistad van a enseñarnos dónde está el amor que nos hace mejores. Hablarán de Antonio, ese corazón de alma y luz que a todos nos escucha y en todos habita porque su idea de pueblo y vida se quedó entre nosotros desde que decidió decidir que lo suyo era nuestro.
Hay muchas razones que nos invitan a celebrar que la comunidad educativa aragonesa le concediese la Cruz José de Calasanz por su compromiso con la función directiva impulsando proyectos y experiencias de innovación pedagógica. En un acto emotivo y cálido como la razón que nos reunía, pudimos acompañarle en una mañana de primavera para compartir con él la alegría de recibir un abrazo construido a base de esfuerzo común y compromiso con su gente. Muchas veces callado, casi siempre fuera de los focos, cosido en la intimidad de su despacho o en la extimidad de su trabajo como maestro. Maestro de los de verdad, de los del día a día, de los de amor y pugna con los chicos y las matemáticas, con los padres y los problemas de la vida, con los compañeros y la realidad seca y contrapuesta. De maestro de hechos y derechos, de verdades no siempre comprendidas, de desvelos muchas veces desconocidos.
Antonio es un mapa de sueños cumplidos. Quien lo conoce encuentra en él el cobijo de quien ha hecho de la lealtad su guía y su norte, sabiendo que el sur es el territorio de quienes más nos necesitan, de quienes más lo necesitan. No hay causa digna de propósitos a la que su generosidad no se sienta unida y no hay calle de Alcorisa que no haya recibido sus pasos para evitar que la hierba crezca en el camino a la casa de sus amigos. En cada esquina de su corazón asoma su mano tendida y quien se ha sentado a su lado ha sentido su cercanía y su disposición al camino compartido.
Hoy, cuando las estaciones se suceden y detrás de cada puerta hay un sol al que agradecerle cada soplo de vida, Alcorisa se siente de nuevo viva porque uno de sus hijos ha visto reconocido su tesón y su trabajo por la comunidad. Es orgullo que todos sentimos porque un pueblo como el nuestro muestra su grandeza al alegrarse de que uno de los suyos sea reconocido en Aragón por ser actor principal en esta hermosa obra que es la educación pública.
Y todo esto se lo contaré a quien me quiera escuchar. Y si el Cielo dispone que mi futuro sea largo espero poder decirle a los paisajes que tanto amamos que tuve la dicha de tenerte por amigo. Sabrán que el destino nos unió para aprender de tus ganas de aprender y que de esa amistad nacieron tantos proyectos como días vivimos juntos. En el colegio, en el instituto, en Balcei, en Onda Balcei, en las asociaciones. En Alcorisa. Ahí, amigo Antonio, ha crecido el corazón que esa mañana de primavera vimos latir con la pausa que le das a todo lo que haces. Por eso me nacen estas frases y las deposito en las páginas de uno de tus más preciados sueños hecho realidad, en las páginas de ese Balcei que es nuestra historia viva, nuestra historia leída, nuestra historia amada.
Quédate con estas palabras al mar acompasadas por el viento del futuro y permítele a la vida que sea tu compañera y tu cómplice y a nosotros que podamos disfrutar de tu serena presencia y quedarnos con tu afecto. Ahí, en ese cruce de caminos, nos encontraremos siempre. Suerte la nuestra, suerte de vida.